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Sí, ya llegamos hasta la puerta del Purgatorio, custodiada por el ángel. En este momento, vamos a ver algunas cosas:

1) Es un camino de sanación.

2) Después de la conversión, hay un largo trayecto previo (playa y antipurgatorio).

3)  No se llega por sus propios medios, la Gracia es necesaria (v. 55/7).

4) La puerta es angosta (v. 74/5); los escalones: 1º blanco (contrición-reflejo: verse uno tal cuál es), 2º “tinto piú che perso” (dolor del pecado-vergüenza y confesión), 3º rojo como sangre (reparación, ardor de caridad-obras).

5) Aunque la espada de la Justicia está a la vista, pero el ángel saca inmediatamente y sin ninguna duda las llaves (que aseguran el perdón) frente al pedido expreso de querer ingresar (acto de humildad).

6) El consejo de Pedro que le dio las llaves: El perdón y la misericordia están asegurados frente al pedido de ayuda. “Vienen de Pedro; y él me tiene dicho que antes abra con ellas y no cierre, con tal que humildes ante mí se postren”. Ante la duda, se aplica la misericordia y la salvación; la única condición que haya humildad y automáticamente se abre la puerta. El pedido de ayuda ya activa el proceso de salvación.

7) Finalmente, no mirar hacia atrás lo recorrido, el camino es siempre hacia adelante…

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